✍🏻 Redacción MJ Comunicaciones [ @mjcomunicaciones_ ]
📸 Archivo personal
📍 Bogotá, Colombia
👉🏻 12.899 menores han intentado quitarse la vida en lo que va corrido del año en Colombia según la Secretaría de Salud de Bogotá.
👉🏻 74% de ellos está entre los 14 y los 17 años.
👉🏻 El otro 20% oscila entre los 7 a los 13 años.
👉🏻 Un 1% entre los 5 a los 9 años.
Las cifras que evidencian el aumento de los trastornos de la salud mental entre los niños y jóvenes de Colombia son alarmantes. Por esta razón, un colegio ubicado en Bogotá ha decidido volcar todas sus herramientas para combatir esta problemática y ayudar a sus alumnos a crecer encontrándole un verdadero sentido a sus vidas.
Ante este alarmante panorama, esta institución educativa ha diseñado un programa de desarrollo socio-emocional que se dicta de preescolar hasta quinto de primaria, para permitirles a los niños conocer sus emociones, nombrarlas, describirlas, auto conocerse, regularlas y finalmente gestionarlas de la manera mas apropiada posible para su crecimiento personal.
“Aprender a observar las reacciones de los demás ante sus propias acciones y las de los otros. Comprender la importancia de la comunicación, de la expresión, del lenguaje verbal y el no verbal. Interpretar las reacciones de los demás y analizar las de cada uno. Los habilita para tener un pensamiento crítico y para estar equipados para afrontar las frustraciones”. Comenta Liliana Duarte Directora Pedagógica del Gimnasio El Portillo.
Bajo el liderazgo de Duarte, quien posee un Magíster en Educación de la Universidad de los Andes y es coach certificada, el colegio implementa esta vital herramienta, la cuál a partir de sexto hasta undécimo, se denomina Proyecto de Vida. Consiste en un espacio que busca generar aún más reflexión a los jóvenes, promoviendo el autoconocimiento, toma de decisiones, amor propio, elecciones, relaciones con los pares y con las demás personas.
Ambos espacios los asumen los directores de grupo para que puedan llegar a conocer a todos sus estudiantes y hacer seguimiento de cada proceso individual; así como remitir en caso de encontrarlo necesario.
En este colegio también se trabaja paralelamente con sicología, área desde donde se presta el servicio de apoyo emocional. A su vez, desde Dirección Pedagógica se orientan proyectos personalizados de coaching y acompañamiento con PNL.
“Este acompañamiento es esencial para todos aquellos niños o adolescentes que están tristes, han perdido la esperanza, el sentido de la vida, la alegría, la autoestima, la autoconfianza y las habilidades necesarias para relacionarse con los demás y socializar”. Puntualiza Liliana Duarte, Directora Pedagógica del Gimnasio El Portillo, quien agrega además que este es un apoyo muy significativo que tiene el valor agregado de la observación permanente de los niños en los diferentes contextos y de la retroalimentación que se recibe tanto por parte de los docentes a cargo como la que se da a partir del proceso para generar pautas y unificar estrategias en pro del bienestar y la mejora de cada niño.
La postura de esta entidad educativa lleva a los padres de familia a examinarse a la hora de escoger el colegio idóneo, pues más allá de soñar con un gran rendimiento académico de sus hijos, la prioridad es su salud mental.
“Un lugar donde su hijo realmente sea conocido y valorado por su ser único e irrepetible, que se comprometa con acompañarlo y orientarlo a alcanzar su mejor versión y desarrollar todos sus potenciales y talentos personales”. Agrega Duarte.
Para el mundo global tan cambiante que enfrentan los niños y jóvenes también se recomienda una enseñanza personalizada, ya que garantiza el conocimiento de cada niño, el acompañamiento, el seguimiento, la orientación, el respeto de cada proceso individual. Porque se adapta a las necesidades de cada niño, porque va más allá de los estándares y la homogenización y valora y se motiva con la diversidad de la vida evidenciada en cada niño único e irrepetible.
Por último, la gran recomendación que hace la Directora Pedagógica del Gimnasio EL Portillo es: “Hablar, buscar ayuda, apoyo. Escuchar a su hijo, asumir una presencia activa en su vida. Acompañarlo. Involucrarse con toda la familia, diseñando actividades que impliquen convivir y compartir, disminuyendo al máximo los tiempos de ocio y soledad. Estableciendo agendas y rutinas constructivas. Observarlo atentamente sin que se sienta juzgado, pero sí estar pendientes de sus acciones, sus preguntas, sus palabras”.
