✍🏻 Redacción M2 Agencia [ @m2agenciaartistas ]
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El artista lanza su sencillo más ambicioso en dos versiones: eléctrica ("Sueños") y acústica ("Despertar"). Una propuesta musical y visual que dialoga entre la intensidad de los sueños y la claridad del despertar.
El origen: entre sueños, poesía y muerte
«Mi canción desesperada» es el resultado de un encuentro onírico inquietante: alguien soñó que rafatrujillo moría, y con unos acordes ya compuestos, el artista transformó esta revelación en una obra profunda y existencial. Inspirada en “20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada” de Pablo Neruda, la canción es un tributo a la melancolía y al desasosiego, donde el autor lanza una pregunta desesperada a la persona que soñó con él: “¿cómo me voy a morir?”.
Esta dualidad conceptual se traduce en dos versiones que reflejan diferentes estados emocionales y sonoros: «Sueños» y «Despertar».
“Mi Canción Desesperada” Versión Eléctrica («Sueños»): lo onírico y la distorsión
La versión eléctrica es una inmersión en la intensidad de los sueños. Con un sonido rockero y picos dramáticos que generan tensión, esta versión se siente como una travesía dentro de un subconsciente perturbador y emocionalmente cargado.
Su videoclip, filmado en la carretera de Manizales a Murillo frente al Nevado del Ruiz, es una pieza cinematográfica que recurre a la estética onírica y surrealista, evocando la narrativa visual de directores como David Lynch. Dirigido por Juan Pablo Vallejo y con la fotografía de Andrés Quintero «Mosterlight«, el video utiliza la majestuosidad de la naturaleza y símbolos familiares para reforzar la sensación de una memoria distorsionada. El actor niño que protagoniza la pieza es el primo de rafatrujillo, añadiendo una dimensión más íntima y personal.
“Mi Canción Desesperada” Versión Acústica («Despertar«): la intimidad del primer acorde.
En contraposición, la versión acústica es un regreso al origen, a la pureza y vulnerabilidad de la composición inicial. Grabada en una sesión en vivo en el estudio de rafatrujillo, y construida sobre loops que mantienen un pulso hipnótico y sereno, «Despertar» es la voz clara tras la turbulencia, la calma después del caos. Un viaje introspectivo y orgánico que contrasta con la densidad emocional de su contraparte eléctrica.






