✍🏻 Redacción KREAB
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📍 Colombia
Una mujer tiene aproximadamente 1 en 78 posibilidades de desarrollar esta enfermedad durante su vida, y una probabilidad de 1 en 108 de fallecer a causa de ella.
Según la American Cancer Society, una mujer tiene aproximadamente 1 en 78 posibilidades de desarrollar esta enfermedad durante su vida, y una probabilidad de 1 en 108 de fallecer a causa de ella. Estas cifras reflejan la urgencia de fortalecer la detección temprana y el conocimiento público sobre esta patología, así como de promover estilos de vida saludables que puedan ayudar a reducir el riesgo. Entre los factores de riesgo modificables se encuentra el mantenimiento de un peso saludable y la decisión de evitar la terapia de reemplazo hormonal después de la menopausia.
En el marco del Día Mundial del Cáncer de Ovario, se hace un llamado global a la conciencia y prevención frente a una de las enfermedades más prevalentes del sistema reproductivo femenino. El cáncer de ovario es la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres, y aunque no es el más frecuente, su alta tasa de mortalidad se debe principalmente al diagnóstico tardío.
En esta fecha, el Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer Luis Carlos Sarmiento Angulo – CTIC reafirma su compromiso con la educación, el empoderamiento y la protección de las mujeres. A través de campañas de concientización y estrategias de acceso oportuno a la atención médica, se busca generar alertas tempranas que puedan hacer la diferencia en el pronóstico de la enfermedad.
En la mayoría de los casos, el cáncer de ovario se diagnostica en estadios avanzados. Inicialmente, puede manifestarse con síntomas vagos como sensación de inflamación abdominal, gases, molestias digestivas, o incluso pérdida de peso, signos que fácilmente pueden confundirse con otras afecciones. En etapas más avanzadas, el cáncer puede extenderse directamente a órganos vecinos como los intestinos o el útero, y causar acumulación de líquido en el peritoneo, lo que genera una notable hinchazón abdominal. La detección tardía, junto con la inespecificidad de los síntomas, ha hecho que esta enfermedad sea especialmente desafiante para pacientes y médicos.
La prevención, sin embargo, se abre camino como un pilar fundamental. Las investigaciones en torno a los genes BRCA1 y BRCA2, asociados con una mayor predisposición genética, están permitiendo a muchas mujeres tomar decisiones informadas sobre su salud. Una de las medidas más destacadas para quienes presentan alto riesgo es la extirpación profiláctica de las trompas de Falopio, estrategia que ha demostrado ser efectiva para reducir significativamente la posibilidad de desarrollar cáncer de ovario.
Paralelamente, la ciencia avanza en nuevas posibilidades para lograr una detección más temprana. Técnicas como el análisis de proteínas en sangre, así como métodos de imagen funcional como la resonancia magnética funcional (fMRI) y la PET/CT, están siendo evaluados por su potencial para identificar la enfermedad en etapas más tempranas, donde las probabilidades de curación y supervivencia son considerablemente mayores.
En esta fecha, el llamado es claro: estar informadas, realizar controles médicos regulares y contar con acceso a herramientas diagnósticas modernas es esencial.